Este viernes, un caza Su-27 ruso interceptó un avión espía y dos cazas británicos sobre el mar Negro, obligándolos a cambiar de rumbo. Este es el tercer incidente con aviones de la OTAN en una semana.
Según el Ministerio de Defensa ruso, el Su-27 fue enviado para evitar una posible violación de la frontera estatal. La tripulación del caza ruso identificó los objetivos como un avión espía RC-135 y dos cazas Typhoon de la Fuerza Aérea del Reino Unido. Al acercarse el Su-27, los aviones militares extranjeros se alejaron de la frontera rusa.
El Ministerio de Defensa confirmó que el avión ruso regresó a su base sin que se produjera ninguna violación de la frontera. Además, se destacó que el vuelo del Su-27 cumplió con las normas internacionales para el uso del espacio aéreo sobre aguas neutrales, manteniendo las medidas de seguridad.
Este es el segundo incidente similar en tres días con la participación de un avión espía RC-135 y dos cazas Typhoon británicos sobre el mar Negro, tras otro ocurrido el pasado miércoles. En marzo, se reportó una situación parecida con las mismas aeronaves sobre la misma región.
Además, durante el fin de semana, cazas rusos interceptaron dos bombarderos estadounidenses B-52H sobre las aguas del mar de Barents, sumando tres incidentes con aeronaves de la OTAN en las cercanías de Rusia en tan solo una semana. La constante interceptación de aviones de la OTAN refleja las crecientes tensiones en la región y la vigilancia continua de Rusia sobre su espacio aéreo.
Estos eventos subrayan la delicada situación en el mar Negro y el mar de Barents, donde la actividad militar está aumentando y cualquier error de cálculo podría escalar a un conflicto más amplio. Las acciones de interceptación seguirán siendo un foco de atención en la seguridad internacional