
Iris Apfel, la veterana textil de la Casa Blanca convertida en icono de estilo centenaria, con lentes XL, falleció el viernes 01 de marzo de 2024 en su casa de Palm Beach, Florida. La noticia fue confirmada por Stu Loeser, portavoz de su patrimonio. Tenía 102 años.
“Me gusta lo grande, lo atrevido y mucha chispa”, sentenciaba Apfel en Iris (2014), el documental del fallecido Albert Maysles nominado a los premios Emmy. El director de Grey Gardens siguió a Apfel regateando en Harlem (“Soy tacaña. ¿En cuánto me puedes dejar el abrigo? Oh, puedes darme un mejor precio”) y codiciando osos de peluche de dos dólares y una gorra con tachuelas para su cariñoso marido, Carl (fallecido en 2015, a los 100 años). La vemos arremeter contra los diseñadores modernos ante el fotógrafo Bruce Weber (“No cosen, no drapean, son unos fanáticos de los medios”), dar clases en la Universidad de Texas, colaborar con MAC Cosmetics y entregar un premio CFDA al diseñador Alexander Wang.
Un icono accidental
Autoproclamada “icono accidental”, la franca Iris Apfel modeló para Vogue en 2018, el mismo año en que Mattel fabricó una Barbie de pelo plateado con su nombre. En 2019, con 97 años, consiguió un contrato de modelo con IMG. “Estoy muy emocionada. Nunca tuve un agente real”, dijo entonces a Women’s Wear Daily. Tras la emisión de Iris en Netflix, Apfel declaró a Vanity Fair: “Estoy encantada con la respuesta, no puedo superarlo. Hablan de mí como si hubiera inventado la penicilina”.
Con atuendos estrafalarios, sombra de ojos azul hielo y labios rojo rubí, el rostro cada vez más familiar de Apfel aparecía en primera fila en los desfiles y brillaba en los quioscos con trajes verde pimiento, abrigos frambuesa, boas de plumas turquesa y su fiel bastón. “Soy una adicta total al trabajo, pero ni en mis sueños más salvajes pensé que sería una chica de portada a mis noventa años”, declaró a The Times of London.